Sabías que mandé a mi mamá a hacer terapia

Te cuento que una vez se me ocurrió mandar a mi mamá a hacer terapia porque yo tenía la idea que si todos los demás cambiaban mi vida iba a mejorar. Si mi mamá cambiaba, si mi marido cambiaba, si el país cambiaba, si el presidente cambiaba, si mi amiga cambiaba… Pensaba que el problema eran ellos, no era yo y por eso tuve la brillante idea de decirle a mi mamá que fuera a hacer terapia.

Cuando volvió, el terapeuta le dijo que estaba todo bien. Entonces me quedé pensando y dije: “No, ¡no puede ser!”, y tenía una rabia enorme, infinita, total. Cuando seguí trabajando todo este tema de constelaciones familiares, me di cuenta que lo mío era ego, era soberbia, porque yo quería que los demás cambiaran, pero yo no quería cambiar un ápice de mi vida.

El problema no era yo, el problema eran todos. Cuando comienzo a cambiar y comienzo a hacerme cargo de mi vida, mi vida cambió. Entendí que si yo cambio, todo cambia. Así que el primer paso es reconocer que el que tiene que cambiar eres tú.

Y si tú crees que no tienes nada que cambiar pero tu vida demuestra que no hay dinero, que no eres feliz en pareja, que tu vida no es próspera, te aviso que el que tiene que cambiar eres tú.

La buena noticia es que sí se puede hacer el cambio. Hay luz al final del túnel, se puede vivir mucho mejor. Yo lo hice, si yo no logré, tú puedes llegar aún más lejos, porque no te explico la cantidad de trabas que yo tenía para trabajar.

Te invito a hacerte cargo de tu vida y a trabajar contigo.

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