Sabes lo que es la dieta de palabra

Apr 13, 2023
Sabes lo que es la dieta de palabra

Hoy te quiero hablar de un tema muy específico, se trata de la dieta de palabras. ¿Qué significa eso? Significa que así como estás preocupada de lo que comes, de evitar la comida chatarra, también es importante evitar el contenido chatarra que va a parar a tu mente, por ejemplo, películas de terror.

Si eres de esas personas a las que las películas de terror les causan miedo, (a mí me causan muchísimo miedo) yo te puedo contar que llevo casi 30 años sin ver una película de terror, si es que no más. ¿Por qué? Porque me dan miedo y me dan pesadillas o me daban cuando las veía. Entonces opté por una solución muy sana: no veo más películas de terror en mi vida y no las he vuelto a ver desde hace casi 30 años.

Hay otro contenido chatarra que también te hace daño y tiene que ver con la letra de la música que tienes la costumbre de escuchar. Cuando me hice profesora de biodanza, cuando me titulé, aprendí en ese trayecto que hay canciones que te dicen cosas como: “Él que me fue infiel…, él que me engañó…, yo que no sirvo para nada…, yo que no estuve a tu altura…, el que es no sé qué…”. Bueno, todo ese contenido chatarra entra a tu mente y da vueltas y vueltas y vueltas y más vueltas. Y después preguntas: “Por qué me engañó?, ¿por qué me conseguí un hombre tan malo?, ¿y por qué pasó tal cosa?, ¿por qué me conseguí una mujer de tales características? Tanto escuchar tipo de música como el reggaetón, el perreo, es el contenido chatarra.

La dieta de las palabras es importante hacerla también en el aspecto que tiene que ver con lo le decimos a nuestros hijos: “Tú eres capaz…, tú puedes…, tú eres importante…” O decimos: “Yo soy pobre…, yo no puedo…, es difícil salir adelante…, para ganar dinero hay que trabajar duro…”. O le dices a tus hijos: “Yo soy riqueza económica…, yo soy abundancia…, yo tengo la capacidad de trabajar en lo que yo quiera…”.

¿Qué palabras son las que dices cada día? ¿Qué palabras son las que te escuchas internamente? ¿Cómo es ese diálogo interno que tienes? Cuando te pasa algo ¿qué te dices? “Ay qué tonta, otra vez me equivoqué, ¿cómo fue posible?”. O te dices: “Ay Vero

vamos de nuevo, todo se puede, bien, otro aprendizaje, sigamos” ¿Qué te dices? Esas palabras son tan importantes como dejar de consumir comida chatarra. O quizás más importante: ¿sabías que tenemos 62.000 pensamientos diarios? Y si de los 62.000, 60.000 pensamientos negativos, ¿hacia dónde crees que va nuestra vida? Aún a pesar de eso ¿podemos hacer cambio de pensamiento? Sí podemos. ¿Cómo? Tomando conciencia de lo que estamos hablando, porque muchas veces hablar es más rápido que pensar, así que solo escucho y contesto y respondo. O ando en la calle alguien me choca y to le digo: “Ay pero ¿qué te pasa por qué me estás chocando?” O cualquier reacción que te impide respirar profundo y decir: “Bien vamos, sigamos, esto tampoco me va a desestabilizar, porque ¿sabes qué?, todo pasa en la vida, todo pasa, esos malos momentos también, los buenos momentos también, pero podemos hacer que se queden, que sigan adelante”. ¿Y tú qué te dices?

En otro video te compartí las frases: “Yo puedo, yo valgo, yo merezco, yo soy capaz”. Dile eso a tus hijos. Diles que cada vez que vayan a presentar una prueba o un examen digan estas frases.

Es muy importante educar la mente, hacer dieta de palabras. Hay una canción que dice: “Él me mintió, él me dijo que me amaba y no era verdad. Él me mintió”. ¿De qué te sirve repetir esa canción una y otra vez? ¿Para conseguirte hombres que mienten? ¿En qué te aporta ese tipo de canciones? El poder de la palabra es fabuloso, pero necesitamos tomar conciencia de qué estamos hablando.

Otro caso es el del padre que en un cumpleaños está preparando choripán para todo el mundo y dice: “Bien, están listos los choripanes. Hija tú no puede comer porque estás subida de peso”. ¿Cuánto daño crees que le puede hacer a esa hija ese simple comentario?

También es importante tomar conciencia de los diminutivos, de los sobrenombres, de los apodos. Yo conocí a una mamá que le decía a su hija: “Mi chanchita, mi chanchita venga para acá, mi cosita poca, venga para acá”. ¿Chanchita? ¿Cosita poca? Saben cómo se sentía esa chica? Mal, con una autoestima muy baja, porque sí estaba subida de peso y continuó subiendo aún más para darle la razón a mamá. Y si tú tienes 60 y tu hijo tiene 40 ¿todavía le dices “Carlitos” “Pedrito” Juancito”? Cada vez que nombramos a alguien con un diminutivo es porque en nuestro interior no queremos que crezca, no queremos verlo grande o lo vemos como niño. ¿Te das cuenta del poder que tiene la palabra?

Este tema da para hablar mucho más, hay miles de ejemplos de cómo estamos hablando que no nos aportan prosperidad ni abundancia. ¿Y tú cómo hablas?

Déjame en los comentarios esas palabras que más estás usando. A esto nos dedicamos en www.academiaverobaeza.com, te invito a que sigamos creciendo juntos.

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