3 ingredientes para cambiar creencias

Estos son los tres ingredientes que necesitas para cambiar tus creencias:

1. Lenguaje,
2. Foco,
3. Fisiología.

¿De qué hablo exactamente? Te cuento que el poder de la palabra es muy importante, más de una vez decimos: “Qué terrible esto que está pasando, las cosas terribles no cambian”. Pero qué tal si en cambio digo: “Qué momento más doloroso, los momentos de dolor se superan”.

Si yo pongo foco en lo que quiero lograr y quiero salir adelante, lo más probable es que pase al siguiente nivel. Y si a eso le agrego la corporalidad y le pongo la carga emocional, se completan los tres ingredientes para hacer cambios.

Cuando tenemos angustia decimos con ganas: “Qué terrible…, qué angustia…, no sé si llego a fin de mes…, otra vez salieron gastos imprevistos…, de nuevo están pasando estas cosas…, yo creo que me voy a separar...”.

Todas estas frases tienen una carga emocional importante y eso es lo que se graba. Ahora, cuando estás logrando cosas nuevas es importante decir: “Bien, voy por el siguiente nivel…, vamos por el siguiente paso…, día y noche mis asuntos van mejorando…, cada día tengo más ventas…, decido avanzar de forma fácil…” ¿Por qué?

Porque normalmente las personas dicen: “Es difícil avanzar…, cada día es más duro…”. O saludas a alguien y le dices: ¿hola cómo estás?, y te responde: “Aquí luchando”. Las palabras crean realidad, así que si tú decides que tu día a día es luchando, por supuesto que vas a luchar. Pero si tú decides que tu día a día es cada vez un poquito más fácil, cada día mejoran las ventas, cada día mejora más la situación.

Y que tal al decir: “Qué rico que el vecino está teniendo prosperidad y riqueza”. Como también nos fijamos en lo que pasa alrededor, más de uno dirá: “Bueno pero es que ¿cómo se hizo rico?” Pero los juicios no te sirven, cómo se hizo rico da lo mismo, lo importante es alegrarse y decir: “¡Caramba, que fabuloso lo bien que le va, yo también quiero una excelente vida para mí!”

Recuerda: lenguaje, foco, fisiología y colocarle emoción y ganas, ¿sabes por qué?, porque cuando yo le pongo emoción, le pongo ganas y si a eso le agrego risa (por ejemplo, si veo un video que me provoque risa) será más fácil salir de la situación compleja. La razón está en que de esa manera estará trabajando la glándula de la amígdala y resulta que la amígdala nos da hormonas de la felicidad, por lo tanto, estamos cambiando la fisiología. Así comenzamos a hacer los cambios poco a poco, paso a paso. ¡Sigamos colocando más ingredientes a estos cambios!

No pasa solo por leer una frase como que estuvieras en la enseñanza básica, en la primaria, pasa por agregarle esa carga emocional: “¡Mis ventas están mejor…, mis asuntos están mejor cada día…, cada día voy a salir adelante…!”.

¡Que no te gane la negatividad!

Si te gustó este artículo, compártelo, a esto nos dedicamos en Academia Vero Baeza y puedes obtener más información en: https://www.academiaverobaeza.com

Puedes visualizar el video desde donde fue extraído este artículo en: